Seguir una dieta baja en grasas y rica en alimentos saludables podría reducir e, incluso, eliminar los sofocos y sudores nocturnos propios de esta etapa de la vida.
Según un reciente estudio realizado en los EE.UU., la grasa tiende a retener calor, por lo que la pérdida de peso ayuda al cuerpo a combatir los sofocos con mayor facilidad.
Esta reducción resulta eficaz tanto en mujeres con sobrepeso como en aquellas con un peso normal.
Para que la medida sea efectiva, es necesario perder un mínimo de 4,5 Kg en un año y acompañar la dieta con la práctica habitual de deporte.
Ha de tratarse, además, de una dieta sana, basada principalmente en la ingesta de alimentos como frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
Los responsables de este estudio creen que, únicamente, poniendo en práctica este consejo se podría reducir la necesidad de recurrir a la terapia hormonal sustitutoria, un tratamiento que, a pesar de su eficacia, puede tener graves efectos secundarios.
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