Entre el 10 y el 15% de las consultas en atención primaria corresponde a dolencias dermatológicas.
Una buena observación de los síntomas nos ayudará a optar por el mejor tratamiento lo antes posible.
Con una superficie de alrededor de 2 metros, la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y también el más vulnerable. Al estar expuesta al exterior prácticamente en su totalidad, agresiones como el sol, la contaminación ambiental, determinadas sustancias como los cosméticos, etc., pueden alterar su delicado equilibrio y provocar distintos trastornos. Está, además, muy ligada al sistema nervioso, por lo que es frecuente que emociones como, por ejemplo, el estrés, actúen como detonante o bien agraven dolencias ya existentes.
DERMATITIS
Se considera dermatitis cualquier inflamación de la piel. Su clasificación dependerá de la causa que la provoca.
- Atópica. Su síntoma principal es el intenso picor que acompaña a la inflamación y que provoca el rascado constante. Suele aparecer durante la época de la lactancia, pero también puede manifestarse durante la infancia y, menos frecuentemente en la adolescencia y la edad adulta. Tiene carácter crónico, aunque, en la mayoría de casos, desaparece de forma espontánea antes de los 20 años. Aunque hay factores que agravan los síntomas, como los cambios bruscos de temperatura, los productos irritantes, el estrés, etc., no son los responsables de su aparición. La atópica es una condición particular de la piel, que la vuelve más seca y sensible a las agresiones externas.
- Qué hacer. Para evitar la erupción y el picor, es conveniente hidratar la piel con un producto específico varias veces al día, evitar los jabones demasiado agresivos y los baños con agua muy caliente, vestir ropa de algodón, etc. Si se produce un empeoramiento súbito de la dolencia, puede estar indicado la aplicación de una crema con conrticosteroides. Es muy importante que trate de evitarse el rascado, ya que agrava la irritación.
- De contacto. Las hay de dos tipos, la denominada irritante, que se produce cuando la piel entra en contacto con una sustancia agresiva, como determinados cosméticos, detergentes, jabones, etc., y la alérgica, provocada por la exposición a una sustancia a la que la persona afectada tiene una sensibilidad especial (algunos metales, piel de melocotón, látex...).
- Qué hacer. El mejor tratamiento es identificar el elemento que produce la inflamación y evitar el contacto con ella. También es aconsejable hidratar convenientemente la piel, ya que, de esta manera, se vuelve más resistente a las agresiones.
- Seborreica. Se trata de una erupción de aspecto aceitoso y cubierta de escamas que suele aparecer en el cuero cabelludo, el rostro, pecho y zona de las ingles. Está causada por el exceso de producción de sebo de las glándulas sebáceas.
- Qué hacer. Utilizar un champú específico para esta dolencia (puede servir un producto anticaspa) con sustancias como el ácido salicílico, el alquitrán de hulla, el zinc, etc.
En este caso, las alteraciones están provocadas por la invasión en la piel de microorganismos como los virus, las bacterias y los hongos.
- Impétigo. Es una infección bacteriana de carácter contagioso que produce una erupción con costra o con ampollas, generalmente en zonas como el contorno de la boca y la nariz. Suele ser habitual en los niños.
- Qué hacer. El problema se soluciona aplicando una pomada antibiótica o bien administrando antibióticos por vía oral.
- Infección por Hongos. Se trata de la invasión de hongos en la piel del cuerpo, en el pie (pie de atleta), en las uñas y en el cuero cabelludo.
- Qué hacer. El tratamiento consiste en la administración de antibióticos específicos contra los hongos (antifúngicos).
- Víricas. Hay una gran variedad: la producida el virus del papiloma humano, herpes zoster, molusco contagioso, etc.
- Qué hacer. Alguna de estas infecciones desaparecen de forma espontánea aunque, en la mayoría de ocasiones, es necesario la administración de un fármaco antiviral.
Se trata de una dolencia inflamatoria crónica que produce la aparición de escamas blanquecinas en la superficie de la piel. Desencadenada por el sistema inmunológico, tiene lugar cuando las células cutáneas se renuevan demasiado deprisa, acumulándose en la superficie de la piel.
- Qué hacer. Al tratarse de una dolencia crónica, el objetivo es controlar los síntomas y prevenir infecciones a base de cremas y lociones específicas, pastillas o inyecciones para moderar la respuesta inmunitaria del organismo y la denominada fototerapia, tratamientos a base de luz.
ACNÉ
- Qué hacer. Mantener una buena higiene diaria mediante productos sin grasa y aplicar cremas a base de azufre, ácido salicílico, ácido glicólico, etc. En caso de acné grave, puede ser conveniente tomar antibióticos.